Alberto Marín, gerente de Altayr, asegura en declaraciones para Infotaller que las restricciones del nuevo baremo de Cesvimap no tendrían por qué tener consecuencias para el taller, pero advierte de un posible oportunismo por parte de las compañías aseguradoras.
El baremo de “siempre” de Cesvimap desaparece y quedará restringido tan solo a las reparaciones cubiertas por la aseguradora Mapfre. Un tema que, desde que comenzaron los primeros rumores, ha causando mucho revuelo en el sector. Y es que, en opinión de Alberto Marín, gerente de Altayr, la Asociación Laboral de Talleres y Recambistas de Andalucía, “a todas luces”, el de Cesvimap era el baremo “más equilibrado y sencillo de aplicar del mercado”, y por eso era el más utilizado.
No obstante, para el gerente de Altayr, no debe cundir el pánico. Se muestra de la misma opinión que Javier López Rodríguez, secretario nacional de APCAS. Es decir, entiende que si los baremos se utilizan de forma correcta, el ajuste de la valoración será similar independientemente de la herramienta utilizada: “Tenemos que tener claro que el baremo de pintura es una herramienta, no palabra divina”.
“El problema es que los talleres hemos creído que es palabra divina escrita sobre piedra, y al final es una cuestión de sentido común y cordura. Da igual utilizar Cesvimap o Centro Zaragoza, porque tiene que haber un consenso, al final solo hay que ajustar la herramienta”, detalla.
“Tenemos que tener claro que el baremo de pintura es una herramienta, no palabra divina”
ALTAYR ADVIERTE DEL “OPORTUNISMO”
Y es que, aunque el gerente de Altayr verdaderamente entiende que es una cuestión de sentido común, advierte de un posible “oportunismo” que podría perjudicar al taller: “La desaparición del viejo baremo de Cesvimap no debería suponer un problema, ni una merma en la rentabilidad de los talleres. Pero sí es verdad que el oportunismo existe y que algunas compañías podrían utilizar esto para apretar aún más los precios. Por otra parte, algunos gabinetes de peritos muchas veces prometen buenos precios a las compañías para las que trabajan y luego juegan con eso, porque son ellos mismos precisamente los que a veces los imponen”, asegura.
La solución para el taller en su opinión es aprender a gestionar la nueva herramienta de valoración: “Si se ajusta la herramienta en función del criterio del taller luego se puede llegar a un entendimiento con el perito”.
De hecho, considera que la proactividad del taller es algo imperioso: “Si no aprendemos a utilizar los baremos van a imponer una herramienta que de base valora más barato. La pelota está en el tejado de los talleres. Lo único que hacemos es quejarnos de lo mal que nos tratan las compañías, pero luego no hacemos nada. Los talleres tienen que hacer valer su trabajo, independientemente del baremo que utilicen. Tienen que hacer respetar y lograr que se pague un precio justo por sus servicios”.
“La pelota está en el tejado de los talleres. Lo único que hacemos es quejarnos de lo mal que nos tratan las compañías, pero luego no hacemos nada. Los talleres tienen que hacer valer su trabajo”