Más entradas por mantenimientos, averías en embragues y filtros de partículas, con especial influencia en los diésel. Se reducirá la siniestralidad, pero no los golpes de chapa.
Se aprobó en noviembre en el Consejo de Ministros, pero ya es una realidad. Se trata de los nuevos límites de velocidad para vías urbanas y travesías, en vigor el 11 de mayo, una medida por la que solo se podrá circular a 20 km/h en vías que dispongan de plataforma única de calzada y acera; a 30 km/h en vías de un único carril por sentido de circulación y a 50 km/h en vías de dos o más carriles por sentido de circulación.
Una medida que tiene como objetivo principal reducir la siniestralidad de peatones y ciclistas, pero que tendrá consecuencias negativas para la mecánica de los vehículos. Y, por ende, beneficiará a los talleres de reparación, que verán aumentadas las entradas al taller por averías relacionadas con el embrague y los filtros de partículas, entre otros.
Alberto Montero de Espinosa, de autoescuela Montero Espinosa, ha asegurado en declaraciones a Europa Press que “algunos elementos del coche pueden resentirse a largo plazo, como el embrague, por el hecho de tener que cambiar de marchas de forma constante, sobre todo entre la primera y la tercera marcha”. Y “también el filtro de partículas, el encargado de rebajar las emisiones, ya que para funcionar correctamente necesita llegar a una temperatura determinada, y al circular a baja velocidad tardará más en llegar a ella, con el riesgo de no cumplir su función correctamente”, destaca.
Julio González, presidente de la Asociación de Talleres Mecánicos de Baleares, veía ya en octubre, con la entrada en vigor de la medida de forma anticipada en Palma de Mallorca, que las limitaciones de velocidad incrementarán las visitas de los coches al taller mecánico, sobre todo de los diésel, advirtiendo que un vehículo en estas circunstancias en tercera circulará dando tirones, pero en segunda, disparará las revoluciones, lo que puede provocar que el filtro de partículas se estropee. Por tanto, los conductores tendrán que someter su automóvil a más mantenimientos, sobre todo para que le hagan la regeneración del filtro de partículas, que se ensuciará con una frecuencia mayor.
Pero no solo los talleres de mecánica, reparación general y mantenimiento saldrán beneficiados. También los de chapa y pintura. Según el blog de CSS, en un análisis del balance de los resultados de estas restricciones en sus primeras semanas de implantación en Bilbao, donde también se incorporó la medida en noviembre, el número de accidentes se había reducido, pero se produjo un incremento de casi el 15% de colisiones con daños materiales, es decir, con golpes de chapa. La conclusión fue, en definitiva, que se produjeron más accidentes de chapa, pero que hubo menos heridos porque los vehículos ahora chocan a menor velocidad.
Fuente: Posventa