Las cifras puras denotan la situación que viven pymes y autónomos en un contexto como el ya conocido económico y sanitario pero sobre todo de presente y futuro, donde no queda más remedio que seguir luchando y salir del atolladero. El seguro juega un papel sobresaliente en la protección de las empresas y como es evidente atiende las nuevas necesidades de seguridad. Así es en la actualidad el nivel de contratación de seguros entre el colectivo y esto es lo que ocurre con la nueva producción.
En España están registradas más de 1,3 millones de pymes en la Seguridad Social, cerca de 30.000 menos que en 2019, antes de que empezara la criba por la pandemia y mucho antes de la crisis energética. Es cierto que desde hace varios trimestres está creciendo el número de nuevas sociedades creadas pero la contracción permanece. Tampoco entre el colectivo de trabajadores autónomos los datos son buenos. Las cifras más recientes recogidas por ATA muestran que el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) perdió este mes de enero 16.164 autónomos, lo que supone una pérdida porcentual de un 0,5%, superior a la registrada en enero de 2021.
Pero para tener clara la situación actual hay que detenerse en cómo ha sido la contratación de seguros por parte de pymes y autónomos con toda la crisis vivida y el nivel de anulaciones. Todo ello es un mundo aparte porque las entidades se volcaron con los asegurados incluso con medidas que favorecieron la continuidad. Este contexto se desgrana en el nº de marzo de Aseguranza donde Jaime Ortiz, director Comercial y Marketing de Asisa, asevera que “a pesar de la crisis económica que ha provocado la emergencia sanitaria, los colectivos de empresas siguen siendo uno de los segmentos con mayor crecimiento, como viene ocurriendo en los últimos años, en los que son uno de los principales motores de crecimiento del sector. Es evidente que la pandemia y las medidas impulsadas para combatirla provocaron un brusco frenazo de la actividad económica que afectó a la contratación de seguros por parte de empresas, incluidas pymes y autónomos. En esos momentos más críticos, Asisa desarrolló planes y productos específicos para permitir que las empresas pudieran mantener los seguros que tenían contratados y que incluían flexibilidad en las formas de pago, adaptación de las coberturas, etc. La introducción de esas medidas nos permitió mantener las pólizas y evitar las anulaciones”.
En su caso, Sara López, manager de Multirriesgo de Liberty Seguros, argumenta que “la pandemia, y las consecuencias económicas de la misma para muchas pymes y autónomos, ha generado nuevas necesidades de aseguramiento. Entre los principales riesgos que perciben las pymes y autónomos están la pérdida de alquileres o ingresos por cierre de negocio, así como la falta de pago de clientes y proveedores. Además, ha cambiado la percepción sobre algunos riesgos existentes como los ciberriesgos, que las pymes tienen más presentes debido al aumento del comercio online”.
Nivel de contratación
Miguel Ángel Blanca, subdirector del Ramo de Enfermedad y director Comercial de Previsión Mallorquina, recuerda en primer lugar que la crisis económica provocada por la pandemia ha tenido características muy diferentes a la crisis financiera que empezó en 2008. “La perspectiva de una recuperación más rápida ha influido positivamente en la retención de cartera. En nuestro caso, desde nuestra condición de compañía monorramo en enfermedad, la sensibilización hacia nuestras coberturas y el hecho de que ofreciéramos una propuesta a nuestra cartera de asegurados para poder garantizar la enfermedad, originalmente excluida de nuestro condicionado general por ser epidémica, ha favorecido aún más dicha retención en nuestro producto core de baja laboral”, detalla.
En el caso de Liberty Seguros, Sara López confirma que al inicio de la pandemia “hemos visto un incremento en el número de cancelaciones, muchos sectores se vieron afectados por las restricciones, lo que conllevó al cierre de muchos negocios y a dificultades económicas en muchos otros. En 2021 vemos un escenario más estable, y en concreto el mercado asegurador español está en crecimiento. A cierre de 2021 vemos un aumento en primas en los principales productos para pymes y autónomos en el mercado español: 3.17% en Multirriesgo Comercios, 5.84% en Multirriesgo Industria y 9,74% en Responsabilidad Civil”.
Las tres compañías consultadas confirman que en 2021 mejoró la producción frente a 2020, especialmente en la segunda mitad del año. Si no hay sobresaltos, se espera que la nueva producción mejore en este 2022.
Caso aparte es si con todo lo sobrevenido en estos últimos tiempos y a pesar de todas las circunstancias ha mejorado algo la cultura empresarial de aseguramiento. Jaime Ortiz valora que “los autónomos y pequeños empresarios son cada vez más conscientes de las ventajas de contratar seguros que les protejan a ellos y a sus empleados. En este sentido, las pymes empiezan a desarrollar planes de retribución flexible que incluyen el seguro de Salud, uno de los beneficios más valorados por los trabajadores, que ayuda a reducir los periodos de baja y el absentismo laboral y favorece la fidelización de los empleados. Además, la contratación de seguros de Salud tiene ventajas fiscales para las pymes. En los últimos años estamos dando pasos importantes en el desarrollo de esa cultura empresarial que hasta ahora no estaba arraigada en España”.
Por su parte, Miguel Ángel Blanca (Previsión Mallorquina) constata que sí ha mejorado la concienciación o cultura de aseguramiento empresarial: “En general el empresariado en España, como la sociedad en su conjunto, está mejor formado ahora que hace 40 ó 50 años. Esa mejor formación se traduce necesariamente en una mayor cultura aseguradora”.
Tanto pymes como autónomos han hecho un esfuerzo notable en estos dos años de crisis sanitaria y económica y pese a todo han mantenido como han podido el nivel de aseguramiento. Las perspectivas de recuperación son buenas a pesar de la asfixia y el seguro continuará a su lado favoreciendo su estabilidad.
Fuente: Aseguranza