Las pérdidas económicas mundiales por catástrofes naturales en 2020 fueron de 190.000 millones de dólares. En términos de PIB, este coste ha aumentado un 1,6% entre 1970 y 2020. Desde el punto de vista del sector, las pérdidas aseguradas por todas las catástrofes del año pasado en todo el mundo ascendieron a 89.000 millones de dólares, la quinta cifra más alta en los registros del Swiss Re Institute.
La reaseguradora acaba de publicar el primer número del año de su informe Sigma. En él advierte, en particular, del impacto de los riesgos secundarios vinculados a las catástrofes naturales. Estos representaron más del 70% de las pérdidas aseguradas por catástrofes naturales, resultantes sobre todo de tormentas convectivas severas e incendios forestales.
En los últimos 10 años, las tormentas convectivas severas han contribuido a más de la mitad de las pérdidas globales aseguradas por riesgos secundarios.
Picos de siniestralidad
Sin embargo, el año 2020 también sirve para recordar el potencial de pérdidas máximas de los riesgos primarios. En particular, la temporada de huracanes del Atlántico Norte del año pasado fue muy activa.
El informe sugiere que los futuros escenarios de picos de siniestralidad también podrían crecer significativamente. Por ejemplo, en un año en el que se produzca una temporada de huracanes que provoque un pico de pérdidas y múltiples eventos de riesgos secundarios, las pérdidas aseguradas anuales combinadas podrían ascender a 250.000-300.000 millones de dólares.
Así con todo, los expertos de la reaseguradora resumen: “El cambio climático es un riesgo sistémico para todo el mundo. A diferencia de la crisis de la Covd-19, no tiene fecha de caducidad”.
Fuente: INESE