- El niño sufre parálisis cerebral, un gran dependiente toda su vida, debido a la mala praxis médica al nacer.
- María Jesús Villalpando: “La causa de muchas negligencias médicas es la mala gestión del sistema sanitario”
El Juzgado de Primera Instancia número 12 de Sevilla ha condenado a Sanitas a pagar 2.547.007 euros a una familia por los graves daños que sufrió un bebé al nacer en una de las clínicas del cuadro médico de esta aseguradora en Sevilla.
La letrada experta en Derecho Sanitario María Jesús Villalpando, que forma parte de los servicios jurídicos de la Asociación El Defensor del Paciente en Andalucía, ha recurrido la sentencia al considerar que la cantidad de “la indemnización es insuficiente para el daño ocasionado y las necesidades del niño”.
“Esta negligencia médica ha provocado que este niño sufra parálisis cerebral y que requiera de un botón gástrico durante toda su vida para comer y beber agua. La mala praxis médica en su nacimiento le privó de oxígeno con consecuencias devastadoras para él y para su familia. La cuantía es insuficiente porque este niño se hará mayor y necesitará siempre una vivienda adaptada, un vehículo adaptado, asistencia especializada y cuidados muy diversos”, explica Villalpando.
La aseguradora condenada ha recurrido la sentencia, que está en manos de la Audiencia Provincial.
Los hechos
Los hechos se remontan al 6 de junio de 2018 cuando I.G.T. se puso de parto. “Era primeriza. Había tenido un embarazo normal. Su bebé era, como ocurre muchas veces, grande (macrosómico), es decir, pesaba más de cuatro kilos. Quizá por este motivo el feto no descendía por el canal del parto y se quedó en el primer Plano de Hodge”, explica El Defensor del Paciente.
Desde la tarde noche de ese día, 6 de junio, las gráficas de monitorización, que muestran el bienestar fetal, ofrecían signos de alarma, por lo que el matrón avisó a su tocólogo, que tardó en llegar más de una hora (67 minutos dice la Sentencia).
El niño no estaba encajado, no había descendido, lo que motivaba “la absoluta prohibición de que se pudiera utilizar una ventosa para ayudar a sacar al niño. Pese a ello, se usó la ventosa. Este procedimiento le provocó graves daños: se prolapsó el cordón umbilical quedando atrapado entre la cabeza del bebé y la pelvis materna ,e impidiendo que el niño pudiera respirar. La falta de oxígeno le ocasionó una asfixia grave que terminaría convirtiéndolo en lo que hoy es: un gran paralitico cerebral”, añade la defensora de esta familia.
El sufrimiento fetal quedó constatado en los registros.
La sentencia así reconoce: “Que con unas gráficas de monitorización que dan problemas toda la tarde del 6 de junio 2018 pero que a partir de las 22:55 son claramente patológicas y que obligaban a comprobar el estado fetal mediante una gasometría, con un tiempo estimado de 7 minutos, permite conocer el bienestar fetal o extraer al bebé. No se realiza ninguna de ellas, y se espera más de una hora a quelas gráficas ya fueran extremas, como así ocurrió a las 23:55, permitiendo que el feto estuviera sufriendo“.
El pequeño nació en parada cardiorrespiratoria, con una encefalopatía hipóxico-isquémica. Teniendo que ser trasladado al Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla.
Secuelas para toda la vida
El pequeño, al día de la fecha, tiene cinco años y sufre una grave afectación cognitiva y motora Se alimenta por un botón intragástrico, y sus padres, rezan porque los avances tecnológicos; lleguen a proporcionarle a su hijo la calidad de vida que hoy no tiene, explican desde el Defensor del Paciente.
“La cuantía indemnizatoria a la que se condena a la aseguradora médica está lejos de reparar el daño y cubrir económicamente la vida del pequeño, sus inmensas necesidades, por este motivo se ha recurrido la sentencia. Por lo demás, la resolución judicial es justa y refleja lo que ocurrió”, añade Villalpando.
Carmen Flores, presidenta de la Asociación El Defensor del Paciente, explica que “desde hace años venimos denunciando la necesidad de calidad asistencial en materia obstétrica, de revisar protocolos e implantar medios. El motivo es que no se den casos como este donde se destroza la vida de un ser humano desde su nacimiento y por ende de su familia. Las precipitaciones o la falta de vigilancia tienen unos resultados demoledores”.
Fuente: Diario de Sevilla