Desde el limpiaparabrisas hasta el sistema predictivo de frenada de emergencia, Bosch repasa algunos de sus hitos históricos.

Hace 25 años que Bosch lanzó el Programa Electrónico de Estabilidad (ESP), tres letras que han marcado una gran diferencia en las carreteras y que han salvado miles de vidas al evitar muchos accidentes por derrapes. Sin embargo, no es la única innovación que ha supuesto un antes y un después en automoción. La compañía ha trabajado durante décadas para mejorar el concepto de seguridad vial.

1926: Limpiaparabrisas

El limpiaparabrisas eléctrico de Bosch, formado por un motor eléctrico que accionaba un brazo recubierto de goma a través de un tornillo sin fin y un engranaje, proporcionó una visión más clara en las carreteras. Años más tarde, en 1959, lanzó un sistema eléctrico de lavado del parabrisas. 

1927: Asistente de frenada para vehículos comerciales

Bosch desarolló un amplificador neumático de frenada para camiones, cuyas pesadas cargas se traducían en largas distancias de frenado. El sistema creado utilizaba el vacío que surge en la toma de admisión del motor, por lo que solo se tenía que aplicar una tercera parte de la presión a los frenos.

1928: Asistente a la frenada para turismos

La tecnología de frenada empleada en camiones se puso en práctica también en turismos, pero esta debía ser un diseño compacto que pudiera instalarse en un reducido espacio, y además debía ser económica. Finalmente, la tecnología se estableció como equipamiento estándar.

1957: Faros asimétricos de luz de cruce

Esta innovación supuso una revolución al reducir el deslumbramiento provocado en los vehículos que viajaban en dirección contraria, además, esta tecnología iluminaba mejor el lado de la carretera del conductor. Desde 1913, Bosch trabajaba produciendo sistemas de iluminación compuestos por un generador, faros, una batería y un regulador, que pese a su mejora constante, presentaban la gran problemática del deslumbramiento.

1978: Sistema antibloqueo de frenos (ABS)

Tras casi una década de trabajo, el sistema antibloqueo de frenos para automóviles controlado electrónicamente fue desarrollado con éxito, permitiendo recudir y aumentar la presión de frenado hasta 40 veces por segundo en caso de que las ruedas se bloqueen.

1980: Control electrónico del airbag

Bosch se convirtió en la primera empresa europea en fabricar unidades de activación electrónica para sistemas de seguridad pasiva, lo que marcó el estándar en seguridad vial. Esta tecnología disponía de tres componentes conformados por 170 piezas individuales y controlaba el airbag del conductor, instalándose por primera vez en el Mercedes-Benz Clase S. En la actualidad, un vehículo puede incorporar hasta nueve airbags diferentes que se activan individualmente.

1986: Sistema de control de tracción (Tcs)

Esta tecnología permite que la ruedas motrices no patinen, ya que la unidad de control reduce la velocidad de las mismas hasta que logren recuperar su agarre. Este sistema es un ejemplo de interconexión, ya que al activarse, el control de tracción interviene en la gestión del motor o en el sistema de control de frenada.

1995: Mems en producción en serie

Desde la década de 1980, Bosch trabajó para hacer que los sensores tuvieran un menor tamaño y resultasen más fiables y eficientes. Su producción en masa también significó un aumento del número de datos proporcionados a la unidad de control, sobre la frenada o aceleración del automóvil, o la dirección de circulación, por ejemplo. Información valiosa para algunos sistemas como el ESP.

1995: Programa Electrónico de Estabilidad (ESP)

El ESP es capaz de comparar 25 veces por segundo si el automóvil se está dirigiendo realmente hacia donde el conductor marca, y lo hace mediante el uso de sensores inteligentes. En caso contrario, el sistema ayuda a estabilizar el vehículo y evitar derrapes.

2010: Sistema predictivo de frenada de emergencia (Pebs)

El sistema predictivo de frenada de emergencia, utiliza la información que le proporcionan los sensores de radar y cámara de video que comparte con el ESP, y en caso de amenaza de colisión, comienza un protocolo de actuación. En primer lugar, advierte al conductor sobre la necesidad de frenar con fuerza. En caso de no obtener respuesta, realiza una frenada parcial, y si el conductor sigue sin reaccionar, activa una frenada de emergencia.

Fuente: “Reparación” de Infotaller.tv