2020 ha sido un año anómalo que nadie podrá olvidar. Pero lo cierto es que el mundo no debe extrañarse de algo que lleva años prediciéndose. El Informe de Riesgos Globales del Foro Económico Mundial advierte desde hace 15 años sobre los peligros de las pandemias. Por eso, esta vez hay que actuar: “Es el momento de saber gestionar los riesgos, tenemos la oportunidad de anticiparnos a la próxima crisis en vez de gestionar su solución”, ha aseverado José María Carulla, managing director de Marsh España, durante la presentación del informe que se realiza en la colaboración de Marsh & McLennan y Zurich.
¿Cómo se puede lograr esa anticipación? Para Carulla esto parte de una percepción “renovada del riesgo, entender, prepararse y gestionar ese riesgo”. También de una buena comunicación, es hora de impulsar “la colaboración publica privada para actuar frente a los riegos; sobre todo identificar nuevas formas de cómo anticiparnos a lo que pueda venir”.
La pandemia no solo se ha cobrado millones de vidas, sino que también ha incrementado las desigualdades sanitarias, económicas y digitales existentes desde hace tiempo. Según el Informe de Riesgos Globales 2021, estos acontecimientos pueden frenar aún más la cooperación mundial necesaria para hacer frente a los desafíos a largo plazo, como la degradación ambiental.
“En 2020, el riesgo de una pandemia global se convirtió en una realidad, hecho que este informe ha puesto de relieve desde 2006. Con el objetivo de ayudar a hacer frente a este reto, el evento de la próxima semana, el Programa de Davos, movilizará a los dirigentes mundiales para definir los principios, las políticas y las asociaciones necesarias en este nuevo contexto”, subraya Saadia Zahidi, directora general del Foro Económico Mundial.
“El mundo se enfrenta a dos importantes retos: la salud del planeta y la salud de los seres humanos. Tenemos que seguir actuando, en coordinación, empresas, gobiernos y sociedad para desarrollar planes y políticas que nos permitan vivir en un mundo lleno de oportunidades para la población”, remarca Carulla.
Lecciones aprendidas de la pandemia
El informe incluye una serie de reflexiones sobre cómo se ha reaccionado y se deberá reaccionar frente a la COVID-19. Lecciones destinadas a reforzar la capacidad de recuperación mundial, entre ellas, destaca la formulación de marcos analíticos, el fomento de campeones del riesgo, el refuerzo de la confianza mediante una comunicación clara y coherente, además de la creación de nuevas formas de asociación.
Para Carulla básicamente se debe trabajar en nuevos marcos para mejorar la Gobernanza y reforzar la capacidad de transformación. Así, desgrana las cuatro oportunidades de Gobernanza para fortalecer la resiliencia general de los países; las empresas y la comunidad internacional.
“La primera es la formulación de marcos analíticos que adopten una visión holística y basada en los sistemas de los impactos en el riesgo. La segunda invertir en ‘campeones de riesgos’ de alto perfil y fomentar el liderazgo nacional y la cooperación internacional. La tercera mejorar las comunicaciones de riesgos y combatir la desinformación y, por último, extrapolar nuevas formas de asociación público-privadas sobre la preparación sobre el riesgo”. “El objetivo- concluye- es extraer oportunidades de mejora para anticiparnos a la próxima pandemia”.
El informe concluye con un panorama general de los “riesgos fronterizos” —nueve eventos de alto impacto y baja probabilidad que proceden de ejercicios de previsión de expertos— entre ellos, las perturbaciones geomagnéticas, las guerras accidentales y la explotación de interfaces cerebro-máquina.
Brecha digital y cohesión social
En lo que respecta al acceso a la tecnología este informe alerta de que se urge la necesidad de avanzar en la gobernanza de la tecnología y a las aptitudes digitales, la brecha entre “ricos” y “pobres” corre el riesgo de ampliarse y poner en peligro la cohesión social. Esta situación afectará en particular a los jóvenes de todo el mundo, que se enfrentan por segunda vez en una generación a una crisis mundial, y podrían perder por completo cualquier oportunidad en la próxima década.
Una vez más, los riesgos medioambientales dominan, en términos de impacto y probabilidad, de cara a la próxima década. Las fracturas sociales, la incertidumbre y la ansiedad harán más difícil lograr la coordinación necesaria para hacer frente a la continua degradación del planeta.
De un vistazo: Lista de Riesgos
En esta 16ª edición del informe los riesgos medioambientales copan la lista de riesgos globales por probabilidad de ocurrencia en los próximos 10 años. En concreto, son los fenómenos meteorológicos extremos, el fracaso en la acción climática, los daños en el medio ambiente por la acción del ser humano y la pérdida de biodiversidad.
A estos se les suma el riesgo de enfermedades infecciosas, que completa la lista de los cinco riesgos con más probabilidad de ocurrencia en los próximos años. En esta lista también se clasifican riesgos tecnológicos, sociales y geopolíticos, como la concentración del poder digital, la desigualdad digital, la fractura de las relaciones entre estados, el fracaso en la ciberseguridad y la crisis de empleo e ingresos de las personas.
En cuanto a los riesgos con mayor impacto; las enfermedades infecciosas, seguidas del fracaso en la acción por el clima, las armas de destrucción masiva, pérdida de biodiversidad, escasez de recursos naturales, daños al medio ambiente por la acción del ser humano, crisis de medios de subsistencia, fenómenos meteorológicos extremos, crisis de deuda y la ruptura de infraestructuras de tecnologías de la información.
Fuente: INESE