El Real Automóvil Club de España – RACE advirtió el pasado 30 de marzo de los peligros a los que se iban a someter miles de personas en los trayectos de Semana Santa. A pesar de la menor movilidad respecto a otros años, debido a los cierres perimetrales provocados por el confinamiento relacionado con la pandemia, el número de fallecidos se ha incrementado hasta los 32, cinco personas más que en 2019, el último dato pre-pandemia y fiable a nivel estadístico, convirtiéndose en el peor dato de los últimos cinco años.
Con muchos menos desplazamientos y con las Comunidades Autónomas confinadas… ¿Qué ha pasado? La respuesta se puede encontrar en dos factores, según RACE:
El primero es el tipo de desplazamiento que se ha producido, trayectos cortos en los que bajamos la guardia, en la mayoría de los casos por carreteras secundarias donde hay una menor protección en el caso de sufrir un siniestro (salidas de vía) y con el riesgo de los impactos frontales por adelantamientos. Hay que recordar que las carreteras secundarias acumulan el 76% de los fallecidos, muy por delante de autovías (18%) y autopistas (6%).
El segundo gran factor es la falta de atención en los últimos tiempos ante una problemática como la seguridad vial, que deja miles de víctimas todos los años y a la que no se presta la suficiente atención y cuidado ni a nivel político ni, en general, a nivel social.
Ya el pasado verano, el número de fallecidos fue sólo un 9% menor que en 2019 a pesar de que los desplazamientos se redujeron en un 10%, consolidando una tendencia que en los primeros meses de 2020 ya se había tornado en negativa. Y si tenemos en cuenta los resultados finales de 2020, preocupa ver como en 15 provincias españolas se registraron más muertos por siniestros viales que con respecto a 2019, donde se produjeron más trayectos.
Fuente: Adn del Seguro