Como ocurrió como consecuencia de la crisis financiera de 2008, el sector asegurador no esconde que tendrá que hacer frente a un aumento del fraude o, al menos, de la intención del mismo. Creen que no ocurrirá exactamente lo mismo porque al sector esto ya no le coge de nuevas y han empezado a hacer un fuerte ejercicio de prevención de puertas para adentro, el mismo que ahora quiere que llegue al público en general. Siempre con el mensaje de que defraudar no es una cuestión de picaresca, es un delito que pagan el resto de asegurados, justos por pecadores.
ICEA, de la mano de Shift Technology y KPMG, ha organizado la ‘Jornada de Lucha contra el Fraude en Seguros‘, una jornada centrada en parte en las consecuencias del fraude dentro de este momento especial que estamos viviendo por el Covid-19 y la reflexión de que esta crisis no debe parar su lucha.
Uno de los temas destacados de la sesión fue el uso de la tecnología en la detección y gestión del fraude de la mano de Shift y uno de sus clientes, AXA. Precisamente su responsable de Fraude, Fernando León de Santos, destacó que nos encontramos en un “momento de incertidumbre, en un momento de expectativa” y hay que ser prudentes. Reconoció que se da todo el caldo de cultivo para que aumente “la propensión al fraude por la crisis“, pero señaló que sus efectos están todavía por llegar. Indicó que el impacto de la siniestralidad dependerá de muchos factores dado que el comportamiento de clientes y empresas se ha visto modificado a consecuencia del coronavirus y apuntó que 2008 es una referencia de cómo hacer frente a todo ello aunque en estos momentos se dan elementos diferentes.
Adiós a la picaresca
Se refirió también a la importancia de la tecnología al servicio de las personas y afirmó que “según se use, mejor resultado y retorno” se tendrá. Apoyó también las iniciativas sectoriales encaminadas a compartir información y a mejorar la imagen de seguro. Indicó que en varios momentos que el sector está en un momento trascendental y hay que obrar según cómo se quiera ser recordado cuando toda esta situación de crisis forme parte del pasado: “Es una oportunidad clave en la que podemos ganar todos y el único que perderá será el defraudador. Tenemos la responsabilidad de que se nos recuerde no por la crisis, sino de cómo la hemos pasado”.
El responsable de fraude animó al sector a intercambiar información porque en su opinión “como sector comunicamos en general poco, cada vez más hay que seguir trabajando en la línea de que la estafa al seguro no es picaresca, es un delito” que afecta al resto de los asegurados.
En la ponencia le acompañó la custormer success manager de Shift, Arlenee Lebron, quien señaló que si se siguen las estadísticas de la crisis de 2008 se puede esperar un aumento de fraude al seguro del 20%, aunque destacó que es una estimación. Sobre el caso de España añadió que se dan casos de fraude derivados de situaciones de los ERTE o del desempleo, aunque considera que “el impacto real está por llegar” una vez que la crisis impacte con más fuerza dado que ahora con las medidas sobre el empleo o los préstamos ICO se ha diluido.
Los expertos explicaron que aunque el sector no cuente con un histórico para implantar medidas antifraude derivadas del Covid se pueden poner medidas basándose en las declaraciones de siniestro y cruzándolos con datos externos que enriquecen los algoritmos que la mayoría de compañías de seguros utilizan hoy en día. Se señaló que aunque cambie el escenario, en realidad la tipología de fraude no cambia: “Que el Covid sea nuevo no significa que todo lo sea“, señaló León de Santos.
Visión holística
En el encuentro también participó Juan Mazarredo, director de KPMG Forensic, quien se centró en el impacto del Covid en los riesgos de fraude. En su opinión el riesgo de fraude está vinculado a 3 aspectos: oportunidad percibida, motivación y racionalización.
Explicó una encuesta internacional realizada por la consultora con 2.100 entrevistas donde se ve claramente que la expectativa internacional a un crecimiento de fraude es total. Según estos datos, el 92% cree que en un año el riesgo de fraude se incrementará y concretamente el fraude de seguros pasará del 58% al 80%. Destacó que “nos encontramos en un cambio de paradigma” y apuntó que la “situación real es más negativa de lo que realmente es”. En su opinión la estrategia de fraude de las entidades debería ser modificada para atender las implicaciones del coronavirus y colocar nuevas prioridades y hay que hacerlo de manera eficiente, recomendó.
Hizo también hincapié en la importancia de vigilar el fraude de puertas hacia dentro porque “a veces estamos satisfechos con la identificación del fraude externo”. Apuntó que éste es difícil de identificar y materializar y en ocasiones ambas tipologías se entremezclan.
El director de Formación de ICEA, Ignacio Ordóñez, lanzó el mensaje de la importancia de la colaboración sectorial en la lucha contra el fraude y resaltó que “la lucha contra el fraude no va de quedar bien, va de cuentas de resultados, de aplicar recursos” de manera que caiga los defraudadores y sus consecuencias no se noten en la cuenta de resultados.
Fuente: Aseguranza