El Tribunal Supremo ha resuelto un caso que se ha saldado con una condena de 653.000 euros que deberán abonar a uno de sus clientes las aseguradoras Generali, Zurich y MAPFRE. Los protagonistas de este procedimiento han sido un notario de Gijón, dos empleados desleales y un contrato de seguro de infidelidad de empleados marcado, según se hace eco Cinco Días, por la falta de claridad. Da la razón la demandante pese a que el siniestro fue puesto en conocimiento de las aseguradoras cuando la póliza ya no estaba vigente.
En marzo de 2008, el notario denunció a dos empleados y procedió a su despido disciplinario. En 2012, la Audiencia Provincial de Asturias condenó a estos empleados a penas de prisión de tres años y medio y a aportar una indemnización a su antiguo jefe de 700.812 euros en un procedimiento en el que las aseguradoras se personaron para representar al notario.
Según refleja la sentencia del Supremo, el siniestro fue puesto en conocimiento de las aseguradoras en octubre de 2010, cuando la póliza ya no estaba vigente. El juzgado de primera instancia y la Audiencia Provincial dieron la razón a las aseguradoras y las eximieron de compensar al notario al considerar que la cobertura fue correctamente rechazada debido a que la solicitud estaba fuera de plazo. Finalmente, el Tribunal Supremo ha dado la razón al notario.
“El notario tiene constancia efectiva de la deslealtad de sus empleados, que contractualmente además debería superar la precitada cuantía de los 40.000 euros, cuando finalizan los informes ordenados, a los efectos de controlar el estado de sus cuentas, situación que se produce durante la vigencia del seguro”, se indica en la sentencia.