5.000 millones irían destinadas a micropymes y autónomos y 7.000 millones al resto de pymes, según el análisis realizado por Oliver Wyman
Cuando aún el sector financiero, empresas y el Gobierno no han cerrado el debate sobre qué son ayudas directas y qué son simplemente ayudas sectoriales, las diferentes partes han abierto otros puntos de fricción.
La banca no quiere que al final la crisis de las pymes y autónomos derivada de la pandemia se traslade en gran parte a sus cuentas de resultados. Mientras que buscan fórmulas con el Gobierno que les garantice el cobro vía bonos, o activos fiscales, como ya adelantó este periódico, de parte de las quitas que deberán llevarse a cabo en los créditos avalados por el ICO, debaten también con el Gobierno la redacción de un código de buenas prácticas.
Esta fórmula ya se ha desarrollado en otras ocasiones, como en el caso de la reestructuración de la deuda de los hipotecados con una situación económica vulnerable, firmado entre los bancos y Economía en la pasada crisis financiera.
Ahora, el Gobierno y el sector intentan plasmar en un documento las diferentes vías para ayudar a las empresas viables dañadas por la crisis económica derivada del Covid. El objetivo es tener cerrado este código a primero de marzo como tarde, para presentar las distintas iniciativas de ayudas a Bruselas, para que Competencia emita un dictamen en un mes y así poder poner en práctica estas medidas en abril.
Fuente: Cinco días