La pandemia generada por la Covid-19 ha creado un entorno altamente volátil e incierto para las empresas, lo que ha provocado una retahíla de riesgos nuevos o agravados para administradores y directivos (D&O), además de agravar la situación en un mercado de seguros D&O que ya era objeto de distintas tensiones, según el informe ‘Perspectivas de seguros para administradores y directivos 2021’ de Allianz Global Corporate & Specialty (AGCS).
El aumento de la exposición a la insolvencia, las crecientes amenazas a la seguridad en el ciberespacio y la persistente actividad de acciones de fraude de valores se encuentran entre los riesgos clave por los cuales estos ejecutivos podrían ser considerados legalmente responsables. En 2021, las empresas también deben estar en guardia ante “litigios impulsados por eventos” que pueden ser causados por diferentes factores como la inacción en el ámbito de la diversidad, una actuación deficiente en sostenibilidad o por subestimar o tergiversar los riesgos relacionados con la Covid-19.
El crecimiento en el número de demandas, su frecuencia y la gravedad de las reclamaciones, ya ha dado lugar a un entorno difícil para el sector de seguros D&O en los últimos años, recuerda el informe. De hecho, los resultados de suscripción han sido negativos en muchos mercados, incluidos los de Australia, Reino Unido, Estados Unidos y varios países europeos. Y si bien se apreciaba una corrección en el mercado a principios de este año, la actual pandemia y la crisis económica posterior dieron al traste con esta recuperación.
Estos factores, combinados “con muchas ‘incógnitas conocidas’ como el cambio climático, los riesgos cibernéticos o los factores ambientales, sociales o de gobernanza (ESG), han creado mucho nerviosismo en este sector”, señala Shanil Williams, director global de líneas financieras de AGCS.
Principales preocupaciones
Los pronósticos sobre las próximas insolvencias están entre las principales preocupaciones para el seguro de D&O, ya que es una de las principales causas de reclamación al seguro. Según Euler Hermes, la mayor parte de las insolvencias aún está por llegar y lo hará en la primera mitad de 2021, con un posible récord de quiebras (35% más a finales de 2021), una vez se eliminen las medidas temporales de apoyo a las empresas.
Por otro lado, las empresas se enfrentan a un panorama de amenazas relacionadas con la seguridad cibernética en constante evolución a medida que los ataques de ransomware y el robo de datos sigun aumentando, algo que ha agravado la extensión del teletrabajo. “Los inversores ven la gestión del riesgo cibernético y el establecimiento de estándares de seguridad adecuados como un componente crítico de las responsabilidades de supervisión de una junta”, apunta el informe.
Acciones colectivas y reclamaciones por Covid-19
La actividad de demandas colectivas, particularmente en los EE.UU., sigue siendo un riesgo clave para cualquier consejo de administración, aunque las nuevas acciones colectivas sobre valores en EE.UU. estaban en el primer semestre de 2020 un 18% por debajo de los porcentajes observados en 2019, según Cornerstone Research.
“Esto se debe en gran parte a la interrupción de la actividad comercial y judicial causada por la pandemia. No obstante, la frecuencia de las presentaciones judiciales está en camino de igualar las de 2017 y 2018 y será muy superior a todos los años anteriores”. Además, el panorama en Europa ha evolucionado en los últimos años y la acción colectiva constituye “una exposición cada vez mayor”, según el informe.
También se han producido las primeras demandas colectivas directamente relacionadas con la Covid-19, por ejemplo, contra líneas de cruceros que sufrieron brotes de Covid-19, así como otras relacionadas con el impacto comercial de la pandemia en los resultados financieros o las operaciones de las empresas o tergiversaciones sobre terapias relacionadas con el coronavirus. “Otra amenaza que se avecina proviene de la vuelta a las oficinas por parte de las empresas. Tales decisiones están cargadas de peligros, con respecto a las acciones derivadas de los accionistas, pero también en relación con otras formas de litigio que surjan de empleados o clientes”, advierte Williams.
Los criterios ESG y empresas privadas
Más allá de esto, cada vez son más los temas de gestión ‘blandos’ los que desencadenan los llamados litigios ‘impulsados por eventos’ contra las juntas directivas de las empresas: la diversidad, el cambio climático o las preocupaciones relacionadas con los criterios ESG se ven cada vez más como oportunidades para presentar demandas colectivas o forzar un acuerdo. AGCS pone como ejemplo a Oracle, Facebook y Qualcomm por haber sido objeto de demandas derivadas de la diversidad. “En tales casos, los accionistas generalmente alegan que los directores violaron sus deberes fiduciarios por su inacción en cuestiones de diversidad, como la remuneración o la elección de nuevos directores de raza negra de la junta”.
En general, las empresas de todo el mundo se encuentran bajo un creciente escrutinio público con respecto a su actividad ESG. “Las protestas por la justicia social, las campañas de inversores activistas o los esquemas de lavado de dinero podrían convertirse en tendencias de litigio, al igual que eventos catastróficos individuales como un accidente aéreo o los incendios forestales de California”, explica Joana Moniz, directora global de líneas financieras comerciales de AGCS.
Además, el activismo y los litigios impulsados por el cambio climático también han ido en aumento en los últimos años. Se han presentado casos contra las principales industrias emisoras de carbono en más de 30 países, aunque la mayoría de los casos se presentan en EE UU.
El informe señala que, aunque las empresas que cotizan en bolsa están, por lo general, más expuestas a los riesgos de D&O, la situación del resto de empresas privadas también se está agravando. La pandemia de Covid-19 coloca a estas entidades y sus ejecutivos bajo un riesgo de litigio considerablemente mayor.
“Por lo general, las operaciones de D&O de las empresas privadas están más involucradas en todos los temas operativos y decisiones comerciales de la empresa. Esto puede traducirse más fácilmente en ser considerado personalmente responsable a través de diferentes formas de litigio”, advierte Moniz.
Fuente: INESE