La sentencia es clara: las aseguradoras no pueden obligar a reparar vehículos con piezas diferentes a las originales o de fábrica, es decir, con piezas peores. En este caso, la compañía no cuestionaba la magnitud de los daños pero sí el coste de reparación. Su pretensión ha sido tumbada y estas son las razones.
Las aseguradoras no pueden exigir que la reparación de un vehículo se realice con piezas diferentes a las originales o de fábrica, es decir, con piezas peores. La razón es que “no tiene que hacerse recaer en el perjudicado el ahorro de coste que la aseguradora pretende“. Es lo que recoge Economist & Jurist de una sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 10 de Vigo en la que da la razón a un asegurado que, tras sufrir una colisión con su vehículo con un jabalí, solicitó a la aseguradora que se hiciese cargo del cambio de las piezas afectadas. Como resultado del impacto el coche sufrió importantes daños materiales, todos ellos cubiertos por la póliza.
“Como el siniestro ocurrió por el impacto del automóvil contra un animal cinegético, esto es, aquellos que son objeto de caza deportiva o de subsistencia, el conductor solicitó a su compañía de seguros el importe de reparación por los daños derivados, ya que los mismos constaban en la cobertura contratada por el individuo. No obstante esto, la aseguradora negó que la colisión se hubiera producido debido a la culpa de un mamífero“, detalla.
Por un lado, la compañía de seguros no cuestionó la magnitud de los daños pero sí el coste de la reparación al considerarlo “excesivo” y aportó un informe pericial “que valoraba la reparación utilizando tres piezas nuevas denominadas IAM: el radiador, el condensador y el intercooler”.
Según Economist & Jurist, “el hecho de que en la escena del accidente se encontraran restos de jabalí y que se comprobara que el choque se había producido con ‘algo blando’, invalidó completamente el primer argumento de la aseguradora. Esto respaldó el testimonio del conductor, quien desde el principio afirmó que el accidente ocurrió debido a la inesperada aparición de un jabalí en la carretera”.
La clave, las piezas
Sobre la reparación mecánica, “el demandante argumentó que si se utilizaban piezas no originales para reemplazar las afectadas del vehículo Citroën, sería necesario declarar el siniestro al vender el automóvil. Esto indicaría que ya no contaba con piezas originales, lo que no solo afectaría al valor del vehículo, sino que también desconocería su vida útil y calidad. Además, señaló que las piezas homologadas en el mercado varían en calidad y, aunque se ajusten al modelo del coche, no cuentan con la garantía del fabricante”, añade.
En resumen, trasladó que la pretensión de la aseguradora era “poner unas piezas no originales para abaratar costes”, hecho que contradecía la opinión del perito de la parte demandada, quien alegaba que “las piezas prescritas en la valoración son de la misma calidad que las montadas por el vehículo a su salida de fábrica, y por lo tanto no se produce ningún tipo de menoscabo en cuanto a la calidad de la reparación del vehículo”.
Finalmente, el juzgado ha dado la razón al conductor del vehículo, señalando que “no puede ser obligado a reparar el vehículo con piezas diferentes de las que este tenía como piezas originales o de fábrica”. La sentencia no pone en duda la homologación ni que el fabricante ofreciera la misma garantía legal, pero considera que “no tiene que hacerse recaer en el perjudicado el ahorro de coste que la aseguradora pretende mediante el empleo de piezas con precios más competitivos que los recambios originales y sin justificar que en realidad sean de la misma o superior calidad, salvo la afirmación genérica del perito”, concluye Economist & Jurist.
Fuente: Aseguranza