Los beneficiarios de un ERTE tendrán que ajustar cuentas con Hacienda en 2021, con grandes posibilidades de que la declaración de la Renta les salga a pagar. El motivo es sencillo: en 2020 se les habrá retenido menos IRPF en las nóminas y además la prestación por desempleo, en la mayoría de los casos, carece de retención.
La abogada fiscalista de Arag, Melisa Sáez, explica que “tanto las retribuciones percibidas por la empresa como por el SEPE se consideran a nivel fiscal rendimientos de trabajo, por lo que en el momento de hacer la declaración de la renta nos encontraremos con dos pagadores”. La Agencia Tributaria establece que, en esos casos, se obligará a presentar la declaración cuando el trabajador haya percibido más de 14.000 euros, siempre que del segundo pagador se hayan cobrado más de 1.500 euros.
Fuente: BDS editado por INESE a 30 de octubre de 2020