El gran terremoto de más de 9 grados en la escala Richter que sacudió el este de Japón en 2011 y el tsunami subsiguiente se cobraron más de 18.000 vidas y causaron daños difíciles de calcular que se prolongarán durante décadas a causa de la contaminación radioactiva que esparció la accidentada central nuclear de Fukushima.
Swiss Re Institute dedica un informe a las “lecciones aprendidas” de esta catástrofe, 10 años después de aquel 11 de marzo. El terremoto superó cualquier suposición de las autoridades japonesas en términos de magnitud e intensidad del mismo.
El análisis recuerda que las pérdidas económicas totales causadas por el terremoto y el posterior tsunami fueron las más elevadas jamás provocadas por una catástrofe natural en el mundo.
Por otro lado, “la experiencia condujo al fortalecimiento de los ya elevados estándares de mitigación de desastres en Japón. También impulsó a las aseguradoras a incorporar peligros secundarios como el tsunami en el modelado de catástrofes para una mejor evaluación de riesgos”.
Aun así, se destaca que la brecha de protección contra terremotos en Japón es de “25.000 millones de dólares, la mayor del mundo”. “Las aseguradoras deben ampliar su alcance si quieren ayudar a los hogares y las empresas a ser más resilientes frente al riesgo de terremotos en el futuro”, apunta.
Fuente: BDS editado por INESE a 12 de marzo de 2021