Jornada de Agroseguro
Agroseguro, en colaboración con ENESA, el Consorcio de Compensación de Seguros, SAECA y la Junta de Castilla y León, ha celebrado en Tordesillas una jornada institucional sobre el seguro agrario. El objetivo ha sido compartir los principales resultados de 2023, así como fomentar el conocimiento sobre el seguro agrario, con especial atención a las líneas cuyo periodo de contratación se inicia en los meses de otoño, como son los cultivos herbáceos extensivos o la uva de vino, ambas de gran importancia para la región.
Durante la jornada se ha hecho hincapié en que este año estamos sufriendo la sequía más grave de la historia del seguro agrario (de hecho, el peor siniestro de la historia) con indemnizaciones estimadas superiores a los 460 millones de euros y 2,1 millones de hectáreas siniestradas. Los cultivos herbáceos son los más afectados. Además, los temporales de lluvia, pedrisco y viento de los meses de mayo, junio y sobre todo septiembre han agravado la situación hasta elevar la previsión de siniestralidad para final de año al entorno de los 1.200 millones de euros.
El director general de Agroseguro, Sergio de Andrés, resaltó que los agricultores consideran el seguro agrario “más necesario que nunca”. Además, ha recordado que la confianza en el seguro agrario sigue siendo muy alta, ya que el último Índice de Calidad Percibida mostró que “el 88,5% de los asegurados manifestaron su intención de renovar su póliza”, valorando especialmente los momentos de la tasación (7,45) o la rapidez en el pago de indemnizaciones (8,3), entre otros aspectos.
Por su parte, Francisco Espejo Gil, subdirector de Estudios y Relaciones Internacionales del CCS, destacó los efectos del calentamiento de la atmósfera y el impacto que el cambio climático puede suponer para España: “una mayor irregularidad en las precipitaciones; el aumento de las temperaturas, especialmente de las mínimas y de la frecuencia y duración de las olas de calor, entre otros”. Además, concluyó que la sostenibilidad del sistema depende no solo de la adaptación del seguro agrario, sino también del control de la exposición al riesgo, así como del fomento de prácticas y cultivos adaptados a las nuevas condiciones del clima.
Fuente: INESE