Según el ‘Barómetro AGCS’
La preocupación creciente que en los últimos años ha ido ganando las amenazas cibernéticas entre las incertidumbres de las empresas españolas alcanza en 2023 su máximo apogeo, situándose en los más alto de los 10 principales riesgos en nuestro país, según la última edición del ‘Barómetro de AGCS’.
Este resultado en España coincide con las conclusiones a nivel global, donde las ciber amenazas están en lo más alto. Mientras, las catástrofes naturales y el cambio climático descienden en la clasificación debido a que las empresas dan prioridad a preocupaciones macroeconómicas como la inflación, la crisis energética y una posible recesión. El brote pandémico desciende en la lista de preocupaciones al haberse eliminado en gran medida las restricciones relacionadas con la Covid-19.
Preocupación por la pérdida de beneficios…
Por otro la lado, el 45% señaló la pérdida de beneficios como el segundo riesgo más importante para el año 2023. Esta cuestión, tal y como indica los expertos de la compañía, está muy relacionada con las amenazas cibernéticas. “Los expertos en seguros y riesgos de todo el país que participaron en la encuesta señalan una creciente preocupación por la pérdida de beneficios, en especial de las cadenas de suministro y debido a las consecuencias de un ciberataque en las operaciones de una empresa”, se remarca en el informe.
Incendio/explosión cierra el top 3 en España, con un aumento significativo respecto a 2022, cuando este riesgo ocupaba la 7ª posición. La principal razón de esta subida es la relación intrínseca y el impacto que tienen los incendios con el riesgo de pérdida de beneficios y las interrupciones de la cadena de suministro, especialmente en regiones donde las empresas dependen de terceros para componentes críticos.
…y nuevos riesgos
El ‘top 10’ de riegos en España desvela hasta cuatro nuevas amenazas que identifican las empresas. Destaca el salto hasta el 5º lugar de las incertidumbres vinculadas a la crisis energética. Asimismo, el desarrollo macroeconómico, los cortes en las infraestructuras críticas y las insolvencias ‘debutan’ en la lista.
Fuente: Füture