A lo largo de la última década, Madrid y Barcelona han registrado 28.339 muertes prematuras por culpa de la contaminación atmosférica, lo que representa el 30,5% del total en España. Esta marca las convierte en las ciudades españolas con más defunciones naturales atribuibles a la contaminación.
Así lo señala el informe ‘El aire que respiras: la contaminación atmosférica en las ciudades’, elaborado por el Observatorio DKV de Salud y Medio Ambiente del Instituto DKV de la Vida Saludable, en colaboración con la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES).
Entre 2000-2009, en Madrid se produjeron 11.042 muertes prematuras por óxido de nitrógeno (NOx) y 5.079 por partículas en suspensión PM10 y PM2,5, mientras que en Barcelona se produjeron 12.218 muertes naturales atribuibles a óxido de nitrógeno (NOx).
Más allá de propiciar o empeorar enfermedades respiratorias como el asma, la EPOC, alergias o infecciones respiratorias de las vías bajas, según la OMS el aire contaminado también puede causar hasta 101 enfermedades distintas, entre ellas: patologías cardiovasculares, enfermedades neurológicas, trastornos neuropsicológicos y determinados tipos de cáncer como el pulmonar, el de vejiga, el de riñón y el colorrectal. También se relaciona con anomalías sexuales, problemas reproductivos y el bajo peso al nacer en los partos no prematuros.