Josu Martínez, director de J. Martínez & Asociados, Gabinete Técnico de Peritaciones, S.L., y vicepresidente de APCAS
La pasada semana se presentó el ‘X Mapa Axa del fraude en España’, coincidiendo con el 10º aniversario de la presentación del primer informe, lo cual sirve de ayuda para realizar una comparativa de la evolución del fraude en España según los datos recabados por esta entidad.
A modo de resumen podemos establecer que el fraude al seguro es un problema que sigue en aumento, aunque los ramos afectados han ido variando.
Bajan en Automóviles y aumentan en Hogar y Comercio. En Daños Corporales se aprecia un descenso de fraude en los últimos tiempos debido principalmente a la reforma del baremo de Autos, al aumentar las indemnizaciones en graves lesionados y disminuyendo en los lesionados más leves, así como por la despenalización de los casos leves que al pasar al civil dificultan las reclamaciones fraudulentas.
Aspectos con claro margen de mejora también quedan patentes en el informe, como la colaboración de los cuerpos de seguridad y las aseguradoras, la ley de protección de datos o el aumento de bandas organizadas.
Como se esperaba, se aprecia un considerable aumento de los casos detectados gracias a las nuevas tecnologías (big data, inteligencia artificial, etc), pasando del 3% hace 10 años al 27% actual.
La evolución tecnológica ha mejorado de forma importante la capacidad de las aseguradoras para detectar situaciones con indicios de fraude, pero, como afirma el director de Siniestros de Axa España, Arturo López-Linares, la mayor fortaleza con la que cuenta la aseguradora es su equipo humano.
Tramitadores y peritos son los principales valores con los que cuenta el sector asegurador. Lo eran hace 10 años y lo siguen siendo ahora. Aunque no comparto el reparto de índices de detección entre ambos colectivos, ya que no creo que los peritos detecten únicamente antes y ahora el 18% de los fraudes. Con el debido respeto a la labor de los tramitadores, creo plenamente demostrado que del resto de casos no detectados por sistemas tecnológicos, los cuales detectan el fraude en base al estudio de datos de, es decir, antes de que se hayan verificado los daños. Donde se detectan la mayor parte de los fraudes es una vez analizados los daños y por tanto es el perito de seguros el que está en potestad de ser el primero que detecta indicios de fraude a la vista de los daños y una vez analizadas las causas y circunstancias.
El perito de seguros informará al tramitador correspondiente esta detección y a partir de ahí el tramitador pasará a ser parte fundamental de la resolución del fraude, pero parece evidente que el auténtico detector del fraude en el siniestro es el perito de seguros.
No voy a negar que me gustaría que mi profesión ocupara el lugar que se merece en este tipo de estudios, pero en cualquier caso me parece gratificante ver que existe un claro reconocimiento a esta fundamental labor de los profesionales de la pericia aseguradora y que, como bien dice el informe, cada vez es más imprescindible. Necesitando una permanente mejora en la formación continua.
Para terminar, me gustaría aplaudir esta valiente y trabajada iniciativa. Para intentar solucionar un problema hay que empezar por hablar del problema y este tipo de trabajos no solo identifican el problema, sino que además lo cuantifican. No nos engañemos, el fraude al Seguro no es solo un problema empresarial, es además un problema social que afecta a toda la ciudadanía.
Fuente: BDS editado por INESE el 28 de marzo de 2023