Desastres ocurridos en España en los últimos meses como la borrasca Filomena, terremotos en Granada o ciclogénesis han afectado a las edificaciones y han hecho ceder paredes y tejados, dañando los sistemas de protección contra incendios de muchas empresas e instalaciones. ¿Cómo actuar para restablecer en ellas la seguridad anti-fuego?
Las catástrofes naturales pueden causar daños en los sistemas de protección contra incendios de cualquier industria, actividades empresariales, hospitales, hoteles, universidades y todo tipo de instalaciones, explica Antonio Tortosa, Vicepresidente de TECNIFUEGO (Asociación Española de Sociedades de Protección Contra Incendios). Por eso, este experto explica que después de que acontezca un desastre de esta clase “es fundamental realizar una prospección y revisión completa del conjunto de estas instalaciones, abarcando detectores, rociadores, extintores, etc.; y una comprobación de la compartimentación, sectorización, protección estructural y reacción al fuego de los materiales, entre otras medidas.”
Una vez realizadas estas comprobaciones, es primordial “subsanar lo más rápidamente posible los daños ocasionado en las instalaciones y equipos que impidan reabrir con seguridad para las personas y empleados la actividad propia de cada edificio”. En esta revisión, “es importante sustituir en el mínimo tiempo los materiales dañados, y comprobar que las instalaciones vuelven a funcionar correctamente”.
Tortosa destaca también la importancia de la colaboración público-privada para prevenir y corregir los daños ocasionados por cualquier catástrofe natural, y pone como ejemplo la participación de su asociación en el desarrollo normativo y en la elaboración de guías de mantenimiento de los sistemas de protección.
Olas de frío
Las olas de frío constituyen un fenómeno cada vez más peligroso para los equipos contra incendios, como explica Víctor Manuel Fernández de la Cotera, Jefe de Bomberos de la localidad madrileña de Fuenlabrada y Secretario de APTB (Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos). En estas situaciones, “es vital que el personal especializado en el mantenimiento de las instalaciones de PCI en cualquier industria las revise antes de reanudar la actividad, con el fin de comprobar su funcionamiento y que en caso de incendio se activen al cien por ciento”.
Según apunta Fernández de la Cotera, la ley 17/2015 de 9 de julio, del Sistema Nacional de Protección Civil, incluye los fenómenos meteorológicos adversos como susceptibles de tener Planes Especiales, por lo que “se está elaborando una nueva Norma Básica con las directrices para su desarrollo”.
Amortiguar daños
La prevención anti-incendios requiere no solo de una adecuada inversión sino también de un cuidado continuo. Por eso, Rafael Sarasola, Coordinador del Comité de Instalación y Mantenimiento de Protección Pasiva de TECNIFUEGO, advierte que “las instalaciones de PCI y sus mantenimientos deben ser encargados a los especialistas que tienen el conocimiento experto, la formación adecuada y la experiencia en el tiempo para garantizar que un equipo estará bien diseñado, instalado y mantenido”.
Por su parte, Alfonso Manrique, Subdirector de Tasaciones del Consorcio de Compensación de Seguros, apunta que “cuando se proyectan e instalan los sistemas de protección contra incendios hay que tener en cuenta en sus cálculos las posibles catástrofes naturales”. “Eso hará –concluye- que en caso de que estas sucedan se amortigüen en gran medida los daños”. Pero este experto también advierte de que “gran parte de las instalaciones de una empresa, incluido los sistemas de PCI suelen estar en sótanos, fosos, etc., es decir bajo rasante, lo que los hace vulnerables frente a las inundaciones, por lo que es esencial situarlos en una cota más elevada”.
Fuente: IFEMA