En particular, la Dirección General de Tráfico recomienda abrochar los cinturones de los asientos traseros, aunque vayan vacíos. Una medida que, sin duda, puede salvarte la vida
La historia de los cinturones de seguridad es una clara muestra de cómo un simple dispositivo puede transformar la seguridad vial. Desde su introducción en la aviación, hace más de 90 años, estos han demostrado ser la medida de seguridad pasiva más efectiva, salvando innumerables vidas y reduciendo drásticamente el número de heridos graves en accidentes de tráfico. Tanto es así que, según los estudios, poniéndose el cinturón de seguridad se reduce en un 50% el riesgo de fallecer y en un 75% las posibilidades de sufrir lesiones graves.
En este sentido, la obligatoriedad del cinturón de seguridad en prácticamente todo el mundo se corresponde con su eficacia comprobada. Tal es su importancia, que muchas personas experimentan una sensación de inseguridad al conducir sin él, comparándola a sentirse ‘desnudos’ ante el riesgo de un accidente.
Además de la sanción económica de 200 euros y la pérdida de tres puntos del carnet, en España conducir sin cinturón es una infracción grave. Pero más allá de las multas, ¿qué pasaría si te contamos que hay otra razón aún más importante para abrocharlo, incluso en los asientos vacíos?
El denominado ‘efecto elefante’
El llamado ‘efecto elefante’ hace referencia a que cualquier objeto que viaje sin ninguna sujeción en el vehículo podría alcanzar hasta 40 veces su masa en caso de colisión o frenazo a 50 kilómetros por hora, o más. En este sentido, la velocidad del vehículo que marcha hacia adelante “multiplica, por efecto de la velocidad, la fuerza con la que golpearía a cualquier ocupante hasta por cuarenta veces su peso”, sostiene la revista ‘Tráfico y Seguridad Vial’ publicada por la DGT en 2018.
De hecho, la falsa sensación de seguridad que nos transmite el maletero puede ser engañosa. En una colisión, los objetos voluminosos almacenados en este compartimento podrían desplazarse con fuerza, superando incluso la barrera de los asientos traseros. Por esta razón, se aconseja abrochar los cinturones de los asientos traseros, como medida preventiva ante situaciones de riesgo.
Fuente: La Razón