Un estudio en EEUU y Canadá señala la escasa diferencia de costes, con la excepción de Tesla, cuyo precio de reparación es un 27% superior.

La implantación del coche eléctrico mantiene en vilo a la posventa. La menor necesidad de mantenimientos y las dudas sobre cuán frecuentes y rentables serán las reparaciones de este tipo de vehículos han sembrado incertidumbre de cara al futuro del sector. Sin embargo, los últimos estudios realizados en EEUU y Canadá vienen a despejar parte del horizonte. 

Los datos recopilados en ambos países por Mitchell, una empresa de software para talleres de reparación, vienen a demostrar que el coste de reparar un coche eléctrico frente a uno de combustión resulta prácticamente similar. Salvo una excepción, que ese vehículo sea un Tesla. 

En el segundo trimestre de 2023, el coste medio de la reparación de un vehículo de combustión accidentado se situó en los 4.000 euros. En lo que respecta a los eléctricos, los costes fueron de media unos 900 euros más en EE.UU y 1.300 euros en Canadá.

Esto es debido, según el estudio, a los Tesla, cuyo coste de reparación fue un 27% superior, con un precio medio de 5.175 euros, algo que el estudio achaca a la tecnología “de vanguardia en seguridad y conectividad” en este tipo de vehículos, así como a la escasez de recambios de la marca. 

Coste medio de reparaciones de vehículos accidentados en Estados Unidos
Coste medio de reparaciones de vehículos accidentados en Estados Unidos

Así pues, excluyendo a los Tesla, la diferencia en la reparación en EE.UU de un vehículo accidentado eléctrifico frente a uno combustión apenas supone 254 euros, es decir, un 6%.

De hecho, el estudio muestra que los vehículos eléctricos tienden a ser designados como siniestros con una frecuencia más baja que sus homólogos de combustión. En el segundo trimestre de 2023, solo el 10,31% de los vehículos eléctricos se clasificaron como siniestros, en comparación con el 13,11% de los vehículos de combustión. 

MAYOR USO DE RECAMBIOS ORIGINALES

“La menor presencia piezas permite reducir la probabilidad de que el tren motriz de un vehículo eléctrico se vea comprometido durante un accidente. Si bien, ciertos componentes como los ADAS pueden verse afectados debido a un nivel avanzado de interconectividad”, destaca el informe.

Otra de las consecuencias del estudio es el mayor uso de piezas de OEM son mayores en los eléctricos que en los vehículos de combustión, con un 90,75% frente al 66,5%. El número de piezas reparadas, de hecho, apenas alcanza el 13% frente al 19% de los vehículos de combustión.

Además, en los talleres de carrocería, según este estudio, las horas promedio de un repintado también siguen siendo más altas para los vehículos eléctricos (un 24,25% más) que para los de combustión. En concreto, 0,49 horas de diferencia.

LA PARTE TRASERA, EL TALÓN DE AQUILES

Sin embargo, los vehículos eléctricos son más propensos a ser considerados siniestros después de un impacto trasero. Esto se debe, principalmente, a la presencia del motor eléctrico en la parte trasera del vehículo.

Fuente: Infotaller